Después de desayunar nos acercamos con nuestro coche a esta bonita ciudad. En 5 minutos estábamos allí, pero aparcar gratis nos llevó al menos 20 minutos más. La ciudad está rodeada de parkings de pago, pero a nosotros no nos suele gustar esta opción y nos las ingeniamos para aparcar en una callejuela libre de pago. Más o menos por aquí.
El paseo por Ceský fue de lo más agradable.
Nosotros no hicimos ninguna visita de pago, exceptuando la torre del castillo. A nuestra familia nos encantan las torres, subimos a todas las que se ponen en nuestro camino.
Pasear por Ceský es una delicia: caminar al lado del río o por los jardines de palacios, perderse por sus callejuelas, disfrutar de las vistas desde diferentes puntos de la ciudad…
El tiempo, aunque soleado, era gélido, así que tuvimos que estar menos tiempo del deseado. Pero esta recogida ciudad, aunque turística, es mucho más tranquila que su hermana mayor, Praga. Por eso se puede disfrutar mejor, sobre todo con niños pequeños.
El tiempo que se necesita para visitarla depende de cada uno. En un par de horas te puedes hacer a la idea, pero yo emplearía una jornada, haciendo noche por la zona.
Existe la posibilidad de alquilar bicis por la zona, subir a un mirador, a las afueras, hacer un pequeño paseo en barca por el río….
Los niños disfrutarán sin agobios de lo que Ceský Krumlov ofrece al turista.
Dejo aquí unas fotos del folleto que cogimos en la oficina de turismo, por si a alguien le interesa.
Nos despedimos de Ceský, pues al día siguiente Marketa y su familia nos esperaban en su casa a 20 kms de Praga.
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