La mayoría de viajes a Cuba culminan con unos días de relax y todo incluido. Cuba dispone de diversas zonas de playa y cayos, y elegir uno puede tomar su tiempo: Cayo Coco, Cayo Guillermo, Cayo Santa María, Cayo Largo… Si no sabes qué cayo elegir te voy a contar nuestra experiencia en uno de ellos.
Nosotros, tras leer la información y opiniones de otros bloggers, nos decantamos por Cayo Guillermo, y fue una buena elección. Tras conducir 4-5 horas desde Trinidad cruzamos el puente que une a este Cayo con el resto del país. En septiembre de este año el huracán Irma debió destrozarlo y evacuaron a todos los turistas por vía aérea, pero en tres días estuvo de nuevo operativo.
Al llegar a nuestro hotel Sol Cayo Guillermo de Melia y ponernos la pulsera de rigor mis sentimientos fueron encontrados. Por un lugar, me apenaba dejar de ser una viajera independiente. Por otro, me apetecía tener un par de días libres de ser avasallada por la calle y dejar de regatear y negociar. Tocaba relajarse.
Las playas de este cayo son preciosas, sus aguas azules parecen infinitas, la arena es blanca y finísima.
Cuando baja la marea se forman unas balsas de agua que hacen un efecto impresionante. Se pueden ver aves migratorias diversas descansando en ellas. Tomarás fotos increíbles.
Hamaca, baño, mojito, piña colada, comer y comer, excursión de snorkel, pasear hasta los hoteles vecinos… y nada más. Bueno, sí, las actuaciones del hotel, sus restaurantes temáticos… Pero el cayo es tranquilo, playa y más playa. Con un par de días, para nosotros suficiente.
La famosa Playa Pilar está a 7 kms. La visitamos, pero estaba abarrotada de turistas, y preferimos la que teníamos frente al hotel.
En abril Cayo Guillermo nos pareció un lugar muy tranquilo, la playa era prácticamente para nosotros. El resto de turistas del hotel se arremolinaba en la zona de bar y piscina.
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