Kyoto nos conquistó en todo momento, y nos quedamos con ganas de más.
Nos alojamos en un apartamento bien situado mediante Airbnb (Toshikatsu Komai) que nos salió bastante bien de precio, unos 70 euros los tres por noche.
Para desplazarte puedes comprar un pase de bus (Hokutetsu bus one day pass) por 250 y, unos 2 euros, o alquilarte una bici.
Lugares que visitamos en nuestra estancia en esta tranquila ciudad que se puede recorrer en bicicleta de alquiler:
Templos:
Fushimi – Inari Taisha, Kinkaku-Ji, Kiyomizu-Dera, Ginkaku-Ji… Todos bellísimos. Estos eran los más conocidos, pero según ibas de uno a otro nos íbamos encontrando otros igual de chulos por el camino.
Excursión a Arashiyama
Fue un día muy agradable y tranquilo, puedes pasear al lado del río, montar en un barco, oír el crujir de bambú meciéndose al viento, ir en busca de algún mono…
Estación de tren
Sí, como lo oyes, la estración de tren merece una visita de 1 o 2 horas. Subir por las altísimas escaleras hasta el Sky Garden, ver las vistas, meterse en algunos de sus restaurantes… De verdad que impresiona.
Castillo de Nijo
Se nos resistió. Nos acercamos dos días diferentes (y mira que está lejos). Uno de ellos justo cerraba y otro cerrado por descanso semanal o algo así.
Distrito de Gion
Tampoco nos pareció nada del otro mundo, pero era agradable pasear por él.
Zona centro, mercado Nishiki
Para ir a comer, ver tiendas (porque lo que es comprar, nosotros poco, el presupuesto no da para la artesanía japonesa).
Como he dicho al principio, no te pierdas la experiencia de recorrer Kyoto en bici. Hay muchísimos ciclistas y la ciudad está preparada para ello. La ensenada al lado del río fue uno de los momentos más relajantes.
¡Pagamos 800 yenes por todo el día (unos 6 euros) e hicimos más de 20 kms con nuestro campeón de 7 años!
Éste es el plano que nos dieron en la tienda de alquiler de bicis, cerca de la estación de tren.
El día que dejábamos Kyoto rumbo a Hiroshima, nos acercamos por la mañana a ver Nara.
Dejamos el apartamento con nuestras maletas a cuestas y cogimos un tren.
Al llegar, por primera vez, dejamos todo nuestro equipaje en una taquilla de la estación. Normalmente, el precio de estas taquillas oscila entre 500 – 700 yenes según su tamaño.
La ciudad de Nara es de paso obligado si viajas con niños. Los ciervos campan a sus anchas, se acercan a tí y puedes tocarlos.
Nosotros la vimos en un par de horas, y tengo la sensación de que no supimos descubrirla. Teníamos puesta la cabeza en nuestro siguiente destino. Nos suele pasar cuando dejamos un hotel, que parece que queremos llegar al siguiente y no sabemos disfrutar del camino.
Las alcantarillas de Japón suelen tener grabados característicos en cada ciudad.
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