La Habana no es un destino en el que ver muchas cosas, es un lugar que se siente y disfruta sin prisas.

Sus calles están llenas de vida, aunque sus edificios estén al borde del colapso. Calles ruinosas albergan partidos de fútbol, juegos de mesa, vendedores ambulantes, escolares pulcramente uniformados sentados en sus aceras…
Según vas paseando diferentes personas se te acercarán con diferentes intenciones: venderte algo, sacarte algo de ropa o dinero, llevarte a su local o, simplemente, conversar. Pero todos ellos lo hacen en tono amable, no te sientes avasallado.
El itinerario turístico te llevará a:
- Plaza de la Revolución
- El histórico Hotel Nacional
- Comerte un helado en la famosa Coppelia
- Capitolio
- Catedral
- Museo de la Revolución
- Pasear por el Malecón
- Alguno de sus castillos: Real Fuerza, Morro, Castillo de la Punta y San Carlos de la Cabaña.
- Antiguos almacenes de San José, en busca de artesanía
- Bodeguita del medio
- Subirte a alguno de sus miradores: Edificio Focsa,Torre de la Catedral, Hotel Parque Central… Nosotros nunca nos dejamos ni uno, nos gustan las alturas.
Pero en tu recuerdo quedarán otras cosas.

Los paseos perdido por Habana Vieja. Sus cochambrosos coches multicolores. La música en directo en cualquier esquina. Las inscripciones revolucionarias o carteles publicitarios del régimen. La ausencia de tiendas, y cómo para suplirlo el cubano se las ingenia para vender artículos traídos de fuera de la isla en cualquier portal.
Un régimen único que te da mucho que pensar.
Cómo moverse:
Las distancias en La Habana pueden ser grandes, pero tienes mucho donde elegir: coco taxis, taxis, los típicos coches descapotables, autobús turístico… Nosotros fuimos probándolos todos.

Pagamos el bus turístico un día, para poder ver las zonas más alejadas (Vedado, Plaza de la revolución, Miramar…) y tomar el pulso a la ciudad. De nuestra casa, situada en el Malecón, ya casi en Vedado, a Habana Vieja, solíamos negociar un Coco Taxi. Otro día cruzamos a la Fortaleza de San Carlos de la Cabaña, para ver el Malecón desde el otro lado. Pagamos un descapotable antiguo que nos ofrecía un pequeño tour de esa otra parte de La Habana.
Dónde alojarse
En Cuba es mejor olvidarse de los hoteles. Son demasiado caros y nunca cubrirán tus expectativas, pues aquello no es Europa.
Anímate a reservar en una casa particular. Tampoco es ningún chollo, en torno a 20-30 euros por persona, según la zona. Pero te asegurarás buenas conversaciones e inmejorables desayunos en el salón familiar. Si además viajas con niños como nosotros, puede que se haga algún amigo cubano de su edad.

En La Habana nosotros elegimos Casa Clarita y Orlando, y quedamos encantados. Estaba muy bien posicionada en Tripadvisor y conseguimos reservar a través de hostel-cuba.com. Quedaba algo alejada de Habana Vieja pero cerca de Vedado, donde también hay mucho que ver. Además, el transporte por La Habana es sencillo y barato.
Fue nuestro primer contacto con familias cubanas y no nos defraudó, una familia trabajadora y amable.
Reserva tu vuelo y alojamiento, ahora te toca a ti.
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