Nuestra primera parada será en el valle del río Prahova, que cruza los Cárpatos, y desde el cual se pueden hacer excursiones a los montes Bucegi. Es una zona muy turística, en invierno dominio esquiable, y en verano, frecuentado por senderistas y familias, hay mucho que ver.
Las poblaciones más populares son Sinaia, Busteni y Predeal. Nosotros nos alojamos en la segunda, en un alojamiento muy económico y recomendable (Pensiunea clasic). Alejado del tráfico de la calle principal, y con vistas al pico Caraiman.
SINAIA
Antes de llegar paramos en Sinaia, y visitamos los monasterios ortodoxos, y los castillos de Pelisor (sólo por fuera) y Peles (pagando la entrada, que mereció la pena). Sinaia es muy turístico, y está a rebosar de coches y turistas, pero una vez que consigues aparcar, puedes caminar de un lugar a otro y pasar un día agradable. Nosotros tuvimos suerte, pues al ser un año raro (justo se habían abierto fronteras europeas), sólo tuvimos turismo nacional, y no había colas. Pero me temo que de normal hay que intentar llegar pronto para poder entrar al castillo.


Castillo de Peles (entrada básica 40 lei adulto, 10 lei niños)
Tras pegarnos nuestro primer festín a la rumana y jugar a los bolos en el centro comercial para refugiarnos de la lluvia, abandonamos esta población. La carretera que une las poblaciones de este valle va con muchísimo tráfico, y hacer los 8,5km que separan las dos poblaciones nos lleva un buen rato.


BUSTENI
Reservamos dos noches en esta decadente pero curiosa localidad con la idea de hacer varias rutas de senderismo utilizando los telecabinas. Una de ellas era llegar a las iglesias ialomitas excavadas en la roca. Otra, a la cruz del emblemático Caraiman, viendo la famosa formación rocosa llamada La Esfinge. Nuestro gozo en un pozo. Cuando vemos los precios del telesilla se nos quitaron las ganas de golpe. En Rumanía puedes comer a un tercio el precio de España, pero los telesillas valen ¡el triple! (página de precios) Los dos tramos que necesitábamos, unos 50 euros por persona. Después de haber pagado 200 por PCR de urgencia, decidimos buscar una alternativa.
Plan B:
Aparcamos en el cementerio y caminamos hasta las cascadas Spumoasa y Urlatoarea, volviendo por la carretera (mala idea, mucho tráfico y casi sin arcén). No fue espectacular, pero sí divertido e inquietante. Unos 10-14 kms. Vimos huellas de osos y apenas gente, pero en Rumanía lo de llevarse la basura en la mochila aún no lo tienen interiorizado, y es algo que no soporto.

Amets rescatando mi zapatilla, sin saber que la suya también se iba a quedar atrapada


Buscando algo más que hacer en Busteni, descubrimos el Fun Park Kalinderu, otra zona de esquí convertida en parque de atracciones en verano. Hay un roller coaster, tirolinas, camas elásticas y tobogán en rueda. Los precios son irrisorios, entre 1-3 euros cada actividad. Y NO HABÍA NADIE.
Deja una respuesta