Tras mucho estudiar esta parte del viaje nuestro itinerario de una semana en Cuzco y el Valle Sagrado queda así:
- Cuzco Plaza de Armas, Sacsayhuamán, barrio San Blas.
- Pisac, Cuzco-Qorikancha
- Walking tour Cuzco, museos, mercado de San Pedro, cine.
- Chinchero, Moray, Maras
- Ollantaytambo
- Machuppichu
- Cuzco
Día 1
Llegada en vuelo desde La Paz. Nos instalamos en el hotel y salimos a comer. Vamos a comprar el boleto turístico en las oficinas de COSITUC (Avenida del sol, 103). Precio: 130 soles adulto, niños menores de 10 gratuito. Sin él no podrás entrar a los principales monumentos, aunque hay algunos museos incluidos totalmente prescindibles. Es válido durante 10 días.
Andando, andando, andando… llegamos hasta Sacsayhuamán. Hay tours muy baratos que te suben en autobús, pero a nosotros nos gusta andar. La distancia no es tanta, como un kilómetro desde la Plaza de Armas, pero es cuesta arriba y las ruinas también son muy extensas. Si estas aclimatado a la altitud, lo harás sin problemas.
La fortaleza inca es impresionante, de las más bonitas que pudimos ver. Piedras enooormes ensambladas unas con otras, murallas en zigzag y unas vistas de Cuzco inmejorables. De visita obligada.
Bajamos por la calle Tandapata cruzando el bohemio barrio de San Blas. Paramos en el negocio 7&7, que esconde 7 ángeles y 7 diablillos. El favorito de Amets, repetimos un par de días después.
Descanso, cena y a dormir.
Día 2
7:30 a.m. Andamos desde el centro hasta la calle Puputi, donde salen los colectivos que nos llevarán a Pisac. Precio: 4 soles p.p. La gente sube y baja en medio de la nada, y el paisaje que vemos por la ventanilla es impagable.
Al llegar a Písac, conseguimos un taxi por 25 soles que nos sube hasta la entrada de las ruinas (10 a.m.). Tenemos intención de bajar caminando. La entrada es una cola interminable de taxis y buses turísticos.
La mayoría de la gente hace esta visita en tour, pero lo hacen de manera apresurada y no llegan a la parte de las ruinas más pintoresca y solitaria, el sector Intihuatana.
La vuelta caminando es larga, y el sol aprieta, pero la libertad de caminar entre muros incas, andenes, rodeados de montañas es la recompensa. Hay flechas que indican el camino de bajada y subida, aunque una vez nos despistamos y echamos a andar por el camino equivocado. Nos cruzamos con un puñado de turistas que suben, y con el calor que hace (unido a la altitud) no nos parece muy buena idea.
Al llegar, sedientos, abajo, descubrimos que si subes de este lado te dan un mapa, que nos hubiera venido genial. Le pido uno y me lo da a regañadientes, tras explicarle que es para escribir en mi blog sobre el maravilloso recorrido.
Nos espera el mercado de Pisac, que a estas horas ya apenas tiene gente. Comemos, bebemos y descansamos en un agradable local y buscamos la furgoneta que nos lleva de vuelta a Cuzco.
Aún nos da tiempo a visitar Qorikancha, que aunque no entra en el boleto turístico es imprescindible para entender la historia de Cuzco. Recomendamos hacerlo con visita guiada, aunque nosotros no lo hicimos porque las fuerzas no nos daban ya para más.
Día 3
El día de hoy estaba destinado a visitar la Montaña de 7 colores. Se puede hacer en tour de un día desde Cuzco, aunque es bastante paliza de transporte y caminata en altitudes de vértigo. Unos turistas nos dicen que está nevada y nos se aprecia nada, con lo que nos ahorramos el esfuerzo y el dinero.
Por la mañana hacemos un walking tour de 3 horas, como en Arequipa. Pero éste resulta mucho más árido, demasiados datos y poco humor para nuestro gusto.
Es la hora de comer, y nos acercamos al mercado de San Pedro. Dejamos de lado nuestro espíritu turista y comemos entre los lugareños por 16 soles los tres. Estas experiencias siempre resultan curiosas, para nosotros y también para ellos, que se ríen al descubrir nuestra falta de experiencia. Qué pedimos? Dónde nos sentamos?
Compramos algún dulce y pequeñas artesanías en el mercadito de al lado y entramos a un par de museos: el Contemporáneo (ni te molestes en acercarte) y el Histórico Regional, mucho mejor presentado en un bonito edificio.
Cansados y aburridos vamos a descansar al hotel. Navegando en Internet veo que tenemos un cine al lado y decidimos compensar a nuestro paciente peque tras la turrada de día. Entrada: 7 soles, palomitas en la calle: 1 sol.
Ir al cine en Cuzco puede ser una buena opción para relajarse en familia. Eso sí, es todo a la cuzqueña: las colas, el ruido en la sala, y las risas estruendosas ante chistes que a nosotros no nos hacen ni pestañear. Una recompensa para los más peques.
Pizza y a dormir.
Día 4
A las 8:30 nos recoge el taxi que hemos concertado a través del hotel. Por 150 soles nos llevará a Ollantaytambo viendo por el camino Chinchero, el yacimiento de Moray y las salineras de Maras, todo a nuestro ritmo.
Recomiendo totalmente la opción de contratar un taxi y no un tour, las tres paradas nos fascinaron y paramos todo el tiempo que quisimos.
- Chinchero: No tenía muchas expectativas sobre este lugar y la verdad me encantó. Un lugar ideal para pasear por sus ruinas, ver cómo secan las papas, comprar artesanía muy barata… Además coincidió con una boda, de lo más auténtico.
- Yacimiento de Moray: Se cree que con sus terrazas circulares con diferentes microclimas fue una especie de centro de investigación agricola incaico. La visita es rápida, y seguramente esté lleno de turistas, pero el efecto de ese agujero con andenes escalonados hipnotiza.
- Salineras de Maras: aunque al ladito de casa tenemos las inigualables Salinas de Añana, el paisaje que ofrecen estas salineras peruanas merece una visita. Y también pagar los 10 soles de entrada, pues no está incluída en el boleto turístico. Aprovechamos para comprar paquetitos de sal para regalar, souvenirs consumibles de los que nos gustan.
Tras una parada para comer en Urubamba, nuestro amable chófer nos lleva hasta nuestro hotel de Ollantaytambo. Paseamos por la coqueta población, aprovechamos para cortar el pelo a nuestro melenudo viajero, cena y a dormir.
Día 5
Amanecemos muy contentos, ¡hoy es el día de coger el esperado tren a Machuppichu!
Tenemos todo el día por delante, así que vemos tranquilamente las magníficas ruinas de Ollanta, tomamos algo, y después subimos al vecino Pinkuylluna. Desde estas ruinas gratuitas hay una buena vista de las otras, mucho más masificadas y famosas.
Ollantaytambo es un pueblo con una arquitectura muy sugerente: canales con agua corriendo al lado de las fachadas, dinteles incaicos… sus ruinas también son inigualables, pero sus cuatro calles son transitadas por demasiadas furgonetas y turistas a diario. Gente que está de paso camino a MP.
Quizá nos hubiera sobrado esta noche en Ollanta, pues 3-4 horas son suficientes para conocerla.
Dejamos las maletas en el hotel, pues volveremos mañana por la noche, tras visitar la estrella del viaje por Perú: Machuppichu. Tomamos el tren Expedition de Perurail a las 7 de la tarde y llegamos a Aguascalientes entre cientos de viajeros.
Día 6
Tras la visita a MP dormimos en Ollanta y volvemos a Cuzco en colectivo (10 soles p.p), donde concluimos nuestra visita a esta ciudad con:
- Comida en Cuyería Moqueguano: solo para los más atrevidos, pero es, dicen, la mejor de la ciudad. Si vas a Perú has de probar este animal, chaqtado o asado. Es muy feo, pero rico.
- Monumento Pachacutec.
- Parque Urpicha: sus toboganes oxidados rodeados de asfalto me devuelven a los 80. Nuestro hijo también lo agradece, y el ambiente local siempre se agradece.
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