Aparte de la ciudad, que tiene rincones y monumentos muy bonitos, hay varias visitas que hacer a pocos kilómetros de ella, por lo que es un buen campamento base. Esto es todo lo que pudimos ver nosotros en la zona:

Cañón 7 scari
Una gran excursión de medio día, o camino a Brasov. En Timisu de Jos, se hace una caminata de unos 3kms a la boca del cañón. Allí vas subiendo empinadas escaleras junto al río y pequeñas cascadas.
Lo mejor: a la vuelta, en lugar de volver a desandar todo lo anterior, puedes bajar ¡en tirolinas! La experiencia cuesta 20 euros, pero se trata de 35 tramos que haces por libre hasta llegar donde tienes aparcado el coche.
Es lo que más gustó a Amets de todo el viaje.




Parc Aventura
Si vais con niños más pequeños, quizá la experiencia de T. de Jos sea demasiado, por lo que podéis visitar este gran parque de arborismo y tirolinas al sur de la ciudad. Nosotros lo teníamos en el planning, pero después de la experiencia en el bosque decidimos no visitarlo.
Está junto al zoo.
Paradisul Acuatic
Si, como nosotros, visitáis la ciudad en verano, podéis refrescaros en este complejo de piscinas, jacuzzis, toboganes... Cuando fuimos estaba bastante abarrotado, pero es una opción. Cuesta unos 9 euros por persona 3h.

Harman y Prejmer
También a pocos kms de Brasov se pueden visitar estas dos iglesias fortificadas. A ser las primeras del viaje, nos gustaron mucho, pero más adelante veríamos más... y más...
Las entradas costaban 10 en la primera, y 15/7 en la segunda, con lo que merece la pena la visita. Si sólo tienes tiempo para una, Harman tenía más recovecos, escaleras, torres... para poder explorar un poco. Pero ambas son visitas rápidas y no hay mucho más que hacer en las poblaciones.



Poiana Brasov
Este turístico núcleo de esquí es otro lugar al que merece la pena acercarse. Bien sea para dar una vuelta en teleférico y acercarse al mirador del Postavaru (1799m), o para hacer alguna ruta de senderismo.
Nuestra visita coincidió con el Maratón de Brasov, así que caminamos animando a los participantes que se cruzaban. Decidimos hacer la subida en el teleférico (25/15 lei ida), y bajar haciendo una ruta en la que sentir la presencia de los osos fue bastante inquietante . Aunque aún hubimos de esperar unos días para poder verlos bien cerca.
En Poiana no faltan tiendas de recuerdos, y múltiples restaurantes y puestos de comida, así como atracciones varias.


Bran y Rasnov
Otra escapada de medio día a la que seguramente no podáis resistiros.
Bran, el famoso castillo de Drácula, es la estrella de las visitas (el único lugar en la que hicimos un poco de cola, imaginad un año sin Covid). La entrada, a 45/10 lei, y olvidando todo el merchandising y la relación por los pelos con el famoso conde Drácula, merece la pena. Es un bonito castillo, con diferentes salitas, escaleras y rincones exquisitamente decorados por la reina María.
Una vez allí, has de acercarte a Rasnov, hacer una foto al famoso cartel estilo Hollywood, y subir en teleférico a su ciudadela medieval. Nosotros la pillamos en obras, una pena.



BRASOV
La visita a la ciudad no precisa de muchas explicaciones: plaza Sfatului, calle republicii, iglesia negra, murallas y torres, monte Tampa, barrio de Scheii... lo descubriréis por vosotros mismos.
Es una ciudad muy agradable para pasear y comer en cualquiera de sus terrazas.
Hay multitud de alojamientos, pero recomendamos la Pensión Casa Timar. Está muy céntrica, es económica, puedes aparcar en los alrededores y disfrutamos de los desayunos charlando con Lili, una gran anfitriona.
Aquí van algunas fotos.

Plaza Sfatului

Poarta ecaterina

Monte Tampa, tras las letras de Brasov

Paseo por barrio Schei

Geocaching en Biserica Neagra

Vista de Brasov desde Tampa

Vista Brasov desde Turnul Negru
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