Hace ya 15 años que no piso una agencia de viajes. De hecho, me sorprende que sigan existiendo. Aún recuerdo nuestro primer viaje «exótico«, a Túnez. Todo el grupo al autobús, todo el grupo al avión, todos a la vez al hotel, todos a esperar al que siempre llegaba tarde, todos al restaurante para guiris de carretera, todos a la tienda de alfombras… No volvimos a repetir.
Intuía que otra forma de viajar era posible, en aquella época en que Internet aún acababa de empezar, sin Booking ni Ryanair.
Y así era. Viajar por libre.
El siguiente viaje fuera de España, Escocia, lo organicé llamando por teléfono a hoteles que salían en la guía de viajes. Pese a mi precario inglés. Aquello ya fue otra cosa. Libertad, contacto con la gente, aventura.
En Argentina caímos en el error de hacer un par de tours porque salía más barato.

Recuerdo que en las cataratas de Iguazú, a los 20 minutos de empezar el recorrido, hablamos con el guía y nos separamos del grupo, aquello no era para mí. No dejaban de meternos prisas, y de hacernos fotos para luego vendernos un CD o algo así. Y también en el Perito Moreno, decidimos pasar del barco turístico, pues antes nos querían llevar a almorzar un buen rato a todos juntos, en lugar de aprovechar al máximo el tiempo en aquel paisaje de ensueño. Echamos a andar monte arriba y llegamos por nuestra cuenta al mirador, todo para nosotras.
Cuando el grupo llegó, sólo tuvo tiempo de hacer un par de fotos y había que volver. Nosotras habíamos comido un bocata viendo caer grandes bloques de hielo.
Desde entonces, huyo de las agencias, los buses turísticos, los tours… Si se puede hacer de otra manera, siempre elijo la otra manera. Si se puede llegar andando, vamos andando. Si se puede alquilar un coche, no lo dudamos.
A veces hay imprevistos, claro.

Pero también muchas veces esos pequeños percances son los que más nos hacen reír y más guardamos en nuestra memoria: un pinchazo en Costa Rica, un timo con un taxista de Bangkok, perdernos por carreteras secundarias, un bus guatemalteco donde te metían a los niños entre las piernas para que cupiera más gente…
Aventuras viajeras de las que siempre aprendemos.
Aquí van unos pequeños consejos para organizar el viaje de tus sueños: elegir la ruta, transporte y alojamientos . Los tres pilares de cualquier viaje.
ELEGIR LA RUTA
O incluso elegir el destino, primer paso de todo viaje.
Normalmente suele depender del tiempo del que se dispone, presupuesto, y época del año. En este orden.
Si sólo se tiene una semana o 10 días nosotros solemos elegir Europa. No vamos a utilizar dos días enteros saltando a otro continente para luego quedarnos con ganas de más. Ni pagar 500-700 euros por persona en un vuelo para una semana de viaje.
Viajamos mucho porque optimizamos los recursos. Si gastamos mucho en primavera no podremos viajar en verano.


Dentro de Europa, si disponemos de más o menos dinero, elegimos un país u otro: Portugal, Polonia, Bulgaria, Hungría, República Checa… Pueden ser destinos baratos. Países nórdicos, Londres, Italia… Ya es otra cosa. Si ponemos en primer lugar tomarnos una cerveza o comer en un restaurante sin quedar arruinados, elegimos un país barato. Si tenemos mucho antojo de ver un país en concreto, sabemos que vamos a tirar más de supermercado.
También el clima es importante. Hay que hacerse a la idea de que ir a Europa central en Semana Santa conlleva que puedas estar incluso bajo la nieve.
Si se busca sol, no es el momento adecuado. Si vas mentalizado, busca siempre alternativas para días de lluvia: museos, spas, eventos culturales,…lo que se te ocurra. Siempre hay blogs que han escrito un post del tipo: Londres en días de lluvia.
En viajes más largos, la ruta puede ser un quebradero de cabeza. Viajar siempre supone renunciar, no se puede ver todo. Cosas que siempre tengo en cuenta al elaborar los recorridos:
- Pasar 2-3 noches en cada lugar. Y más si viajas con niños. Preferimos ver menos y estar más tranquilos, disfrutar de cada sitio. Si preguntas, siempre hay cosas interesantes en cada lugar, aunque no venga en la guía de viaje.
-
Almuerzo en trekking en R.Checa ¿Qué me gusta hacer? Si te gusta, como a nosotros, la naturaleza, incluye trekkings, paseos a cascadas… Si te gusta la música busca los eventos del lugar… Aunque ese país sea conocido, digamos, por sus templos, no planeamos ir de templo en templo, pues sabemos que acabaremos aburridos. Si odias, como nosotros, las largas colas y lugares masificados, por bonitos que vayan a ser, piénsatelo. Habrá horas del día que haya menos gente,u otros lugares igual de interesantes y menos masificados.
- Alternar sitios diferentes: campo-ciudad, visita histórica-día de relax, monte-playa… En el equilibrio está la clave de un buen viaje.
- Optimizar recursos: si tengo que coger vuelos internos, miro qué días son más baratos y partiendo de ahí hago la ruta.
- Consejos de otros viajeros: mis viajes comienzan meses antes, cuando empiezo a informarme sobre el destino. Leyendo blogs de otros viajeros voy eligiendo o descartando destinos. A veces también te equivocas, pero normalmente escuchar otras experiencias ayuda mucho.
TRANSPORTE
Para los vuelos, desde hace tiempo utilizo skyscanner. Es un buscador muy completo. Incluso puedes poner España – cualquier destino y te selecciona, de más barato a más caro, vuelos a todo el mundo.
Reserva tu vuelo desde aquí y me ayudas a mantener este sitio.
Muchas veces el vuelo determina nuestro destino. Encontramos un vuelo por 50 euros a alguna ciudad e investigamos qué podemos hacer por ahí. Hay que contemplar la opción de cruzar fronteras.
Por ejemplo, hay vuelos muy baratos a ciudades alemanas, pero Alemania hace frontera con otros países. El año pasado, por ejemplo, volamos a Núremberg para visitar Praga y la República Checa.
Coches de alquiler: casi todos nuestros viajes europeos incluyen un coche de alquiler. Poder para donde quieras, sentirte libre de horarios, dejar las maletas en el coche… Además, viajando con niños, es lo más cómodo. Es cierto que en cada país conducir es un mundo, pero te vas acostumbrando. Conducir por la izquierda, llevar las luces cortas todo el día, adelantar en línea continua o echarte a un lado cuando alguien va adelantar…
Donde fueres, haz lo que vieres.

Respecto al precio, a veces es más barato un día o dos más de alquiler que pagar el transporte al aeropuerto para tres personas. Y tener el coche dos días parados porque vas a visitar una ciudad antes que pagarte un taxi aeropuerto- hotel. Es echar cuentas.
Skyscanner, Ryanair, Kayak… incluyen buscadores de coches de alquiler que comparan las diferentes compañías.
Motos: si vas a Asia, atrévete a perderte por zonas rurales sobre dos ruedas. Alquilar una moto suele ser muy económico y la manera más fácil de llegar a ciertos lugares.
ALOJAMIENTOS
Aunque hay otros buscadores, Booking es el que utilizo en el 90 % de mis reservas.

Es muy rápido e intuitivo, y puedes poner un montón de filtros. Yo normalmente pongo dos filtros: precio por noche (para que no me salgan los caros), y puntuación de los usuarios (normalmente de 8 para arriba). Así, nos alojamos en alojamientos modestos pero en los cuales la gente se ha sentido a gusto. Leyendo las opiniones de otros viajeros aciertas seguro.
Solemos huir de grandes hoteles y preferimos otros más familiares y rurales. En éstos últimos sueles tener más oportunidades de hablar con otros huéspedes, recibir consejos útiles en tu viaje,… y la comida suele ser más casera.
También solemos utilizar el filtro de spa o piscina, para darle un capricho a nuestro peque viajero, y alternamos hoteles más básicos con otros con piscina en el que darse un respiro.
En grandes ciudades (Londres, Nueva York…) o para grupos grandes,también es muy útil Airbnb. Es un sistema de alojamiento en apartamentos particulares, y suele salir más barato o estarás mejor situado que en un hotel.
Y si no quieres gastar ni un euro y no te importa convivir con familias autóctonas, prueba a hacer couchsurfing, no lo olvidarás.
Estos son mis consejos para animarte a viajar por libre,
¡no te arrepentirás!
Deja una respuesta